En el año 2024 por segundo año consecutivo, las entidades financieras de la Región han identificado y registrado un incremento considerable en pérdidas derivadas, directa o indirectamente, de incidentes de riesgo climático, tanto físico como de transición. Si bien una buena parte de las instituciones financieras se encuentran adoptando los mejores estándares de gestión de riesgo climático, en nuestra experiencia hemos advertido que no todas han tomado el problema del impacto climático en sus carteras de crédito como probablemente hubiera sido recomendable. Entre aquellas hay las que avanzaron en meros enunciados de principios de organismos tales como el PACTA, IPCC, ONU, IFC y la Task Force como bases de sus compromisos para desarrollar estrategias de gestión de riesgos.
También hay entidades que se animaron a ir más lejos, estableciendo métricas de naturaleza cualitativa por las cuales se califican frecuencias de incidentes e intensidades climáticas de manera subjetiva, guiadas por el sentido común o el juicio experto. Sin perjuicio de lo anterior, hay otras instituciones que decidieron adoptar metodologías de naturaleza cuantitativa con las que pueden dar cumplimiento cabal a las exigencias de la regulación emitida por controladores, así como a los requerimientos de divulgación de información demandados por la SABS y las NIIF S2. Estas últimas, a través de 37 requerimientos sobre Gobernanza, Estrategias, Administración de Riesgos y Métricas relacionados con el cambio climático (más una Guía de Aplicación con 71 ítems) exigen una gran proporción de revelaciones de naturaleza cuantitativa, no cualitativa. Una particularidad sobre las NIIFS2 en relación con el cumplimiento de divulgación de información: los bancos no solamente deben cumplir con los requerimientos de la norma en tanto entidades, sino también con solicitudes adicionales especiales en tanto bancos.
En el siguiente cuadro se presentan apenas algunos requerimientos de las NIIFS2 de información sobre las Estrategias de los bancos que indudablemente exigen de la aplicación de técnicas cuantitativas que permitan analizar flujos de efectivo anticipados y obtener resultados sobre pérdidas esperadas, al mejor estilo NIIF9.